
Las mujeres, a lo largo de la historia de las iglesias cristianas (católicas y protestantes) en México, han tenido una participación dinámica y de apoyo para el crecimiento de las comunidades en la fe, ya sea a través de su labor pastoral, misionera, evangelizadora, educativa o de servicio. El horizonte de la vocación cristiana de mujeres y hombres, es la totalidad de la vida y de los ministerios, es decir, del sacerdocio universal.

